Presta atención a lo que está ocurriendo dentro de tu cabeza en este momento. Observa cómo constantemente te estás hablando. A esa actividad mental la llamamos pensar, pero ése es un término muy generoso. La mayoría de lo que ocurre dentro de nuestra cabeza no tiene nada que ver con los pensamientos. Se trata sólo de ideas que dan origen a otras, de imágenes que conducen a otras. Este diálogo interno se puede convertir en algo extraordinario. No sólo habla consigo mismo, sino que también se contesta. Podemos mantener una conversación completa en el interior de nuestra cabeza.
El diálogo mental puede ser intencionado, creativo y productivo. Podemos emplearlo para resolver problemas con pensamientos críticos, para dirigir nuestra energía emocional, para motivarnos y tomar una determinación o para expresar nuestra creatividad y autoconfianza. Ahora bien, si lo dejamos a su aire, puede convertirse en una fuente inacabable de infelicidad, de estrés y enfermedad.
¿Cómo ocurre esto?
La finalidad de la mente sensorial es darle algún sentido al mundo que nos rodea, por medio de sus poderes de percepción, de lenguaje, de los hábitos y de las emociones que nos proporcionan un sentido personal de la realidad. Dado que esta parte de la mente crea nuestra experiencia del espacio y del tiempo, no se limita sólo al presente.
El parloteo de nuestra mente en realidad es la expresión de nuestra fuerza creadora. Ésta, a su vez, puede ser un instrumento poderoso para nosotros si tenemos la habilidad para decir palabras que no tengan conexiones emocionales destructivas.
Desafortunadamente, no siempre elegimos las palabras que vamos a decir con cuidado; casi siempre las condicionamos a nuestros hábitos.
La mayoría de nosotros somos capaces de distinguir fácilmente entre nuestra imaginación y lo que es real .. ¿o usted no lo es?
Puede que no seas capaz de evitar que tu mente te diga cosas, de parar ese diálogo interno, pero no tienes que creerte lo que te dice. No tienes que aceptar todo lo que la mente te dice como si se tratara de un acto de fe.
Pongamos un ejemplo desde la autocrítica: es posible que tengas algunos pensamientos problemáticos que no dejan de corroerte; quizá pienses que no eres lo suficientemente listo o guapo, o tal vez te parezca que lo que consigues siempre es de segunda clase o simplemente te preocupa que alguien se dé cuenta de lo incompetente que eres. Cualquier cosa que te produzca malestar.
Invertimos mucho tiempo y esfuerzo contemplando pensamientos que no son realmente ciertos, y al día siguiente tenemos que rehacernos. Cada vez que tenemos que demostrar nuestra valía, reforzamos los pensamientos negativos subyacentes prestándoles atención.
Ejercicio para dirigir nuestro pensamiento
Siéntate con la espalda apoyada en el respaldo, cierra los ojos y relájate. Concéntrate en una respiración suave y regular, y limpia tu mente lo mejor que puedas. Deja que se relajen tus músculos faciales y sigue con esta relajación hasta llegar a los dedos de los pies, para que se te relaje todo el cuerpo.
Ahora imagínate que eres una enorme rana verde sentada sobre una hoja de lirio en medio de una hermosa y pequeña charca de agua clara. A un lado están los juncos y el resto de las plantas acuáticas. Imagínate un cielo azul con nubes blancas como el algodón. Son aproximadamente las diez de la mañana de un día soleado del mes de junio. El sol brilla y sientes su calor en la espalda. Siente los rayos del sol muy cálidos en la espalda. Ahora salta de la hoja y métete en el agua: ¡plaf!, ¡ahhh! Siente el agua fresca y agradable sobre la piel recalentada por el sol, nada por debajo de las hojas del lirio. Observa cómo los tallos suben desde el fondo uniéndose a las hojas de lo planta. Cuando miras hacia la superficie ves cómo la luz del sol se filtra a través del agua. ¡Qué preciosidad!
Ahora acércate a la superficie…. nada por encima del lirio y súbete luego a la hoja. Siente cómo se mueve debajo de ti al encaramarse a ella. Ahora nota lo sensación agradable del sol en tu piel mojada y fresca ¡Qué maravilla!
Ahora abre los ojos ¿De verdad crees que eres una enorme rana verde?