Estaba trabajando con una cliente la semana pasada cuando ella me dijo de pronto: “¿Sabes? es difícil trabajar para ti misma. Algunas veces no me encuentro feliz con el trabajo que realizo”
Me reí y dije, 'Sip, por supuesto, es que la vida está atestada de dificultades. De eso es lo que se trata ¿no? '.
¿Sabes las dos cosas, que encuesta tras encuesta, hacen feliz en el trabajo a las personas?
En primer lugar es casi siempre haciendo un trabajo significativo.
En otras palabras, creer en lo que hacemos tiene un valor intrínseco en sí mismo para nosotros mismos y para otros.
Y seguidamente es sentir que somos apreciados, no sólo por las personas que pagan nuestros salarios, sino también por nuestros pares e incluso por la gente a la que servimos si estamos en atención al cliente.
El dinero por sí solo no te hará feliz en el trabajo
Ninguna cantidad de dinero puede compensar la falta de esas dos cosas ni te hará feliz en el trabajo.
Durante quince años recorrí una sucesión de puestos de trabajo en donde me pagaron muy bien, especialmente en la segunda mitad de ese tiempo.
Podría darme el lujo de comprarme trajes de 600 euros (100.00 ptas de entonces), gastarme 700.000 ptas en vacaciones (4.200 euros) y no mirar a la derecha del menú antes de pedir mi comida en un restaurante.
Sin embargo, hacia la mitad de mi vida me dí cuenta que estaba haciendo algo que no quería hacer.
En los veinte años no parecía que fuera un problema. Trabajaba duro y disfrutaba igual de duro : 😎
La vida parecía no tener fin.
Mis treinta años empezaron de manera similar, pero a medida que los años pasaban la desilusión se amontonaba.
En el momento en que llegué a los 35-36 años empecé a sentirme vacío y ninguna cantidad de dinero o parafernalia podría enmascarar este hecho.
Y descubrí una cosa rara que ocurre cuando se llega a esa edad. Se empieza a ser cada vez más consciente de tu propia mortalidad.
De repente no es tan aceptable levantarte para ser el mejor todo el tiempo y siempre centrado en el fin de semana debido a que los otros 5 días de la semana estaba absorbido por el trabajo.
¿Cómo de duro crees que era levantarte día tras día temiendo lo que estaba por venir?
No te hace feliz en el trabajo enterrar tus valores fundamentales. Y es duro, muy duro.
¿Qué tan duro crees que es enterrar frecuentemente un importante valor de integridad debido a la presión para cerrar ventas y mantener a la bestia corporativa feliz?
¿Y lo duro que es saber que las personas para las que trabajé no me valoraban una mierda como persona, que sólo las cifras de mis ventas tenían algún interés para ellos?
Y lo último fue bastante "destacado" cuando después de la muerte de un ser importante me tomé un tiempo libre para estar con mi familia.
Mi director regional me animó con vehemencia a hacer esto y yo estaba muy agradecido por tener un tipo tan cuidadoso y empático por encima de mí.
A continuación, un mes más tarde cuando estaba luchando por mi cuota de ventas a causa de la no programada pausa de dos semanas tuve la desgracia de que una cuenta de cliente importante se fue y por primera vez en mi carrera de ventas no iba a alcanzar mis objetivos.
Eso fue muy duro, sabiendo que las palabras simpáticas y los amables gestos no eran más que un escaparate para el regocijo de otros, especialmente de recursos humanos, que no le importaba un carajo mi pérdida personal.
Es difícil trabajar para ti mismo, si, porque eres responsable de tu propio éxito y relajarse rara vez es una opción.
Pero hay dos tipos de dificultades en mi humilde opinión.
Hay una dificultad que aplasta el alma, aumenta el estrés y da poco o ningún alivio o satisfacción a largo plazo. Una dificultad que sólo ofrece lamentaciones aunque se vea atenuada por la ganancia material a corto plazo.
Y hay una dificultad que al igual que una buena sesión de ejercicio en la que trabajas las piernas y los brazos, estas realizando un trabajo que significa algo para ti.
El tipo de trabajo, donde a pesar de que lo estás haciendo en un domingo por la tarde (como estoy ahora) realmente no importa porque es divertido y tiene un significado.
La vida es difícil, sólo hay que elegir qué tipo de dificultad prefieres.