Todos necesitamos herramientas en nuestra caja para superar los pensamientos de decepción. Son esos momentos cuando nuestras esperanzas se desvanecen y el peso del universo parece descender sobre nosotros.
No importa el éxito o el fracaso que hayas tenido en el pasado; estoy seguro que lo habrás experimentado en algún momento.
A veces parece que por cada esfuerzo que hacemos, los pensamientos de decepción se encuentran a la vuelta de la esquina esperando a saltar sobre nosotros con el consiguiente peligro de perder la ambición y de darnos por vencidos.
Mis pensamientos de decepción
No hace mucho tiempo me pidieron unas sesiones de coaching en una organización no gubernamental importante. Aunque llegué a estar entre los últimos dos candidatos no estuve muy acertado en esa ocasión.
Me veo obligado a decir que pensé que lo «tenía en la bolsa».
¡Todo había salido tan bien durante las presentaciones y evaluaciones!
Pero no fue así.
Al igual que casi cualquier persona, experimenté diez minutos de pura decepción cuando me llegó la noticia de que no lo había conseguido.
Y aquí hay unas palabras importantes…
«Diez minutos».
Es fácil centrarse en lo que pudo haber sido y usar palabras como «Al no conseguirlo perdí una buena cantidad económica».
Pero en realidad, yo no había perdido nada.
Simplemente no estuve en primer lugar.
Fuera de equilibrio y superando los pensamientos de decepción
Muchas veces perdemos el equilibrio en estas circunstancias.
Nos “hinchamos” verbalmente a nosotros mismos con la idea de que debemos conseguir lo que estamos buscando, que en realidad no puede haber nadie más adecuado para esta tarea, que terminamos con una idea exagerada de nosotros mismos.
Expectativas poco realistas.
Y cuando llegan los pensamientos de decepción nos preguntamos qué ha ido mal.
Entonces en lugar de valorar lo conseguido, nos desinflamos y por un momento dudamos de nuestra utilidad y en algunos casos extremos, hasta de nuestra existencia en el mundo.
Pero el universo tiene una manera muy elegante de arrastrarnos de nuevo al equilibrio. Un abrazo de mi esposa y de mi pequeña hija pronto me recordaron que era lo realmente importante en mi vida.
¿Qué habría hecho si no hubieran existido en aquel momento?
¿Cómo podemos asegurarnos de que tenemos las herramientas necesarias para recurrir cuando necesitamos recursos adicionales?
Es necesario poner en marcha un sistema de propulsión que te dé energía y te impulse al lugar mental que prefieres estar.
Las drogas, el alcohol y los alimentos no son la respuesta para vencer los pensamientos de decepción
Beber una botella de ginebra hasta que estés sin sentido no es probablemente una buena idea.
Tampoco está “engullir” comida hasta que estés casi sin poder moverte.
Tampoco lo es consumir cocaína o heroína.
Cada una de estas respuestas conduce a la dependencia y a la adicción y no hace nada para tu bienestar.
Usando tus sentidos para superar los pensamientos de decepción
Así que vamos a concentrarnos en tus sentidos.
Principalmente estamos hablando de sentimientos, ¿no es así?
Entonces ¿Qué puedes ver, oír o tocar que mejoría tu estado de ánimo?
¿Tienes una pieza favorita de música que levanta al instante tu estado de ánimo?
Yo tengo una lista de reproducción que la llamo “música ancla” que me hace las delicias en esos momentos.
Sobre todo es la música rock ligada a recuerdos felices que inmediatamente me impulsan en esos momentos de mi vida.
El anclaje es una herramienta extremadamente eficaz de la PNL y si no sabes lo que es, es hora de que te descargues este PDF.
La meditación y la auto-hipnosis también son poderosas técnicas que yo utilizo.
Tengo un montón de música de meditación en mi MP3 que me ayuda a transportarme pacíficamente a otro lugar.
Asegúrate de que tienes un lugar mental donde retirarte en momentos de estrés. Puede ser tu destino de vacaciones favorito, un local de belleza, una experiencia pasional o algo o algún lugar completamente ficticio.
Realmente no importa.
Sólo tiene que ser real para ti.
Elige un lugar tranquilo como sea posible. Cierra los ojos y toma una o dos respiraciones profundas. Si hay algún ruido de fondo, acompáñalo con tu respiración.
Vete a ti mismo en tu lugar especial. Siente lo que se siente. Escucha lo que se oye. Incluso huele los olores.
Báñate en esos sentimientos durante unos minutos o el tiempo que sientas que es apropiado y efectivo para ti.
Cuando decidas salir de ese lugar en tu mente, dirige tu concentración hacía el futuro. Piensa en un nuevo plan o proyecto que vayas a lanzar o cualquier cosa que vayas a hacer.
Date cuenta de que no tiene sentido invertir esfuerzo o sentimientos en los pensamientos de decepción del pasado.
Está zanjado.
Que se quede allí.
Sal y disfruta con los amigos.
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